
Mis amigos de IDE-CESEM me proponen, de nuevo, la oportunidad de escribir para la revista INNOVATIA y, como siempre, el tema es un nuevo reto. Ni más ni menos que la FORMACIÓN. Preguntarme qué es, qué papel juega en el desarrollo de la persona, en el directivo, en la empresa, en el país. Qué papel debe jugar en el futuro.
Durante mucho tiempo, he sido receptor de formación, alumno en multitud de cursos, y también durante mucho tiempo, he sido y soy impartidor de formación. Para mí es una cuestión que afecta al núcleo de mi actividad y mi vocación.
La primera reflexión que me invade, dada mi condición de profesor de Finanzas, es si la formación es un coste o una inversión. Dada la presión que en los últimos tiempos, sufrimos hacia la toma de decisiones en el corto plazo, veo que en numerosas ocasiones, se considera la formación como un coste a minimizar. Desaparece, o se ven muy reducidos, en las empresas los presupuestos dedicados a esta cuestión, y se minimiza su importancia. Considero que se trata de un inmenso error, que si no se reconsidera, traerá funestas consecuencias, para las empresas, las personas y el conjunto del país.
No hay nada que reúna los requisitos pedidos a una inversión, mejor que los recursos dedicados a la formación. Destinar estos recursos, para la mejora del conocimiento y capacidad de las personas, reportarán beneficios en el futuro, muy por encima de los fondos dedicados inicialmente, tanto para los directos beneficiarios, como para las empresas y el país en su conjunto. No hay mayor Tasa Interna de Rentabilidad (TIR), ni mayor Valor Actual Neto (VAN), que los conseguidos con los recursos bien destinados a la formación.
Una segunda reflexión me hace pensar en el futuro que deseamos como país, en el contexto internacional, que, cada vez más competitivo, exige contar con elevados niveles de formación y productividad. Tratar de diferenciarnos, fijándonos casi en exclusiva en una ventaja de costes, además de un profundo error (siempre habrá alguien que lo haga más barato), no genera valor como país, ni produce satisfacción a nuestros ciudadanos. Debemos abandonar esa visión cortoplacista. Hay que recuperar una visión a largo plazo, en el que la formación de los ciudadanos, forme parte esencial de la productividad y eficiencia como país y a nivel empresarial.
En tercer lugar, me gustaría dedicarle una pequeña reflexión, al contenido y orientación de la propia formación. Abunda la formación superespecializada y cortoplacista, que considera la formación de las personas, en una perspectiva en exceso utilitarista. Sin negar la conveniencia de la especialización, especialmente en este mundo cambiante, escorarse en exceso en esta perspectiva tiene grandes riesgos. En primer lugar la rápida obsolescencia de los conocimientos adquiridos, y en segundo lugar la falta de una visión global y multifuncional, que permita una mejor adaptación a la volatilidad que he mencionado. Hay que formar en conocimientos y habilidades, pero también en cultura, en ética, en una visión global del mundo. Estoy convencido de que una parte de la crisis que vivimos, que indudablemente es una crisis de civilización, tiene que ver, con una inadecuada formación de los ciudadanos, que les ha impedido valorar correctamente las consecuencias de sus decisiones. Hemos visto en los últimos tiempos, la gestión de las finanzas de las empresas y la venta de productos financieros, que técnicamente podían tener virtudes, pero que adolecían de una mínima visión a largo plazo, y de una mínima reflexión sobre sus repercusiones en el conjunto de la sociedad.
En resumen, hay que recuperar una visión de la formación, como una inversión de largo recorrido, que reporta beneficios sostenidos en el tiempo, y hay que integrar la formación especializada, en un ámbito más global y multifacético, que nos haga mejorar como personas, empresas y país.
Fernando Carnero
Licenciado en Ciencias Económicas (UCM), PDD (IESE) y Diplomado en Gestión Financiera de Empresas (CECO).
Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en Avalmadrid, donde ha sido Subdirector General. Director de Riesgos Jefe de Back-Office y Analista de Riesgos, y asimismo, ha sido Coordinador de Banca Corporativa de la Organización Madrid en Banco Santander y Vicepresidente de Finanzas de Tracor S.A.
Ha participado como formador en el Instituto Superior de Técnicas y Prácticas Bancarias. Ha sido profesor para los empleados de la Agencia Financiera de la Comunidad de Madrid. Es colaborador académico de IDE-CESEM y diversas escuelas de negocios. Profesor del MBA de la Facultad de Ingenieros Industriales de la UPM y de la Universidad San Jorge de Zaragoza. Profesor de los MBA de varias Cámaras de Comercio.
Ha sido Director del Aula Financiera de Avalmadrid y ha impartido formación a medida para Telefónica, Terra, Grupo Once, Hero y Caja Madrid, La Caixa, Caixa de Cataluña, Caja de Jaén y Grupo INFOCAJA: (Caja Astur, Caja Canarias, Caja Murcia, Caja Castilla la Mancha, Sanostra).
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